Adoptada en conferencia en Sharon, Connecticut, el 11 de septiembre de 1960.
En este tiempo de crisis moral y política, es responsabilidad de la juventud de América afirmar ciertas verdades eternas.
Nosotros, como jóvenes conservadores, creemos:
Que el principal de los valores trascendentes es el uso del libre albedrío dado por Dios, de donde deriva su derecho a estar libre de las restricciones de la fuerza arbitraria;
Que la libertad es indivisible, y que la libertad política no puede existir por mucho tiempo sin libertad económica;
Que el propósito del gobierno es proteger esas libertades a través de la preservación del orden interno, la provisión de defensa nacional y la administración de justicia;
Que cuando el gobierno se aventura más allá de estas funciones legítimas, acumula poder, lo que tiende a disminuir el orden y la libertad;
Que la Constitución de los Estados Unidos es el mejor arreglo ideado hasta la fecha para facultar al gobierno a cumplir su papel adecuado, al tiempo que lo refrena de la concentración y el abuso de poder;
Que el genio de la Constitución – la división de poderes – se resume en la cláusula que reserva primacía a los varios estados, o al pueblo, en aquellas esferas no delegadas específicamente al gobierno federal;
Que la economía de mercado, asignando recursos por el libre juego de la oferta y la demanda, es el sistema económico único compatible con los requisitos de la libertad personal y el gobierno constitucional, y que es al mismo tiempo el proveedor más productivo de las necesidades humanas;
Que cuando el gobierno interfiere con el trabajo de la economía de mercado, tiende a reducir la fuerza moral y física de la nación; que cuando le toma a un hombre para otorgarle a otro, disminuye el incentivo del primero, la integridad del segundo y autonomía moral de ambos;
Que seremos libres solo mientras la soberanía nacional de los Estados Unidos esté segura; que la historia muestra que los períodos de libertad son raros y solo pueden existir cuando los ciudadanos libres defienden de manera concertada sus derechos contra todos los enemigos;
Que las fuerzas del comunismo internacional son, en la actualidad, la mayor amenaza para estas libertades;
Que los Estados Unidos deben hacer hincapié en la victoria sobre esta amenaza, en lugar de coexistir con ella; y
Que la política exterior estadounidense debe ser juzgada por este criterio: ¿sirve a los intereses justos de los Estados Unidos?